¿Hemos llegado tarde?
Me adentré en el maravilloso mundo de la inversión y de la bolsa, casi con 35 años, quizás demasiado mayor, demasiado tarde para alcanzar algo que se ha convertido en mi sueño: la independencia financiera. Hasta entonces la palabra bolsa, me producía mas miedo que respeto, ni por asomo se me ocurría meter un duro ahí.